Lichen

A 9 meses

Después de casi 9 meses de actividad en el archipiélago quisiera resumir lo que ha pasado y compartir cómo interpreto nuestro caminar hasta ahora.

Pensar en este proyecto me hace acordar de inmediato a sus momentos de conceptualización, a finales del 2021. En mi euforia del momento, en mi impulso de desglosar la idea, se incluyeron grandes deseos de inclusión. Querer que dentro del ciberespacio (particularmente el Fediverso) haya un lugar dedicado a personas de mi región era (y sigue siendo) una fuerte motivación. Si bien soy de (intentar) mantener mis expectativas enraizadas en la realidad, seguí dándole espacio a ese deseo. Verlo concretarse poco a poco me trae una satisfacción inmensa y a la vez ha hecho que reevalúe la visión.

En ese momento me anticipé a:

  • Que haya malinterpretación o ignorancia internacional en cuanto a la región.
  • Que haya una notable desconexión entre los territorios de la región, y que esa distancia nos juegue en contra constantemente.
  • Que al mismo tiempo contamos con muchísimas características similares, en diferentes dimensiones, que fortalecen nuestra confraternización.
  • Que nuestras realidades y contextos son diferentes pero sus configuraciones son lo suficientemente similares para complementarnos, comprendernos y ayudarnos.

Pero ya sabemos que nunca es lo mismo vivenciarlas. Me he encontrado, por ejemplo, con que el proyecto se asuma como exclusivo de México, o que se desconozca la ubicación de los territorios. Nada inesperado, y tampoco algo de lo que estamos exentos quienes formamos parte de la comunidad. Entrar en contacto con personas de mi región me ha enseñado mis puntos ciegos (perdón por la “j”, mexicanes) como también la fuerte complementariedad de nuestras afinidades (y diferencias). También he aprendido a tener presente la realidad que vive cada quien y los retos que se enfrentan diariamente para mantenerse en contacto con el resto del mundo (particular mención al contexto cubano).

Quizás no sea extraño conocer contextos donde sean limitados los recursos computacionales, o donde haya notable distancia cultural, pero para mi sí es extraño presenciarlo entre personas y contextos de mi región. Si en algo estoy satisfeche es que el archipiélago ha permitido crear ese espacio (o puente) entre todas nosotras, mostrándonos en primera mano lo que es un compartir entre quienes somos de ahí. Y más específicamente entre personas con interés en temas y principios particulares.

Entre nosotras hemos conversado sobre nuestras expresiones y realidades, sobre lo que conocemos, lo que estudiamos, lo que interpretamos de la actualidad. Si bien son temas comunes en una comunidad, reitero, me es novedoso que lo estemos haciendo a partir de las particularidades de nuestra región. Hablar de las trabas estatales, de la música que preferimos, de lo que significa tal expresión, de los recursos que contamos, me es nuevo. No porque conversar sobre ello es novedoso en sí sino porque hacerlo en este espacio, intencionalmente con estos recursos y principios, con cautela y empatía, lo es. Era mi deseo inicial pero nunca tuve idea de que fuera a tomar esta forma (y práctica).

En cuanto a nuestra actividad, en estos últimos tres meses ha habido mucha. Además de que se sumaron 3 islas más, creamos la radio y el foro. El foro todavía esta en proceso de configuración pero la radio ha tenido intensa actividad. Es otro espacio que refleja la diversidad, la particularidad y las similitudes de la región, aún con la poca música que estamos reproduciendo (800 canciones al momento; poca para la riqueza de la región). Poder referirme a una radio en donde suene exclusivamente música de mi región me pone contente y reitera la importancia de tener un espacio así. A veces, quizás, se interpreta agresiva la limitación de que sea solamente contenido o personas de la región. He sentido la misma intensidad cuando nos invisibilizan o nos ningunean en otros espacios (ya sea físicos o virtuales) y por eso insisto en esta convicción. Por ahora, por lo menos, me parece clave delimitarnos. Es una forma de visibilizarnos ante la costumbre homogeneizadora de la globalización, entre muchas otras desconsideradas costumbres.

Por último, para mi, ésta idea del archipiélago no es exclusiva ni aspira a ser un proyecto inmenso. Me interesa que sirva de ejemplo para que se reproduzca en otros lares. Que sea un ejemplo de lo que se puede hacer y que brindemos las herramientas (técnicas y teóricas) para hacerlo posible. Que la idea se reproduzca en sí, y que se haga teniendo en mente su escala. Acá no se aspira grandemente a la cantidad sino a la calidad (tanto de personas como de contenido), no a lo fuertemente técnico sino a cómo complementarlo con lo artesanal. Hacemos con el fin de disfrutarlo, y por supuesto, de que otres también lo aprovechen.

Esa ha sido mi aspiración desde un principio y me alegra saber (y reconocer) que se ha concretado lentamente.

Escrito el 8 de octubre de 2022

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